Casas modulares

Las casas modulares son una solución a los problemas de vivienda de muchos países de nuestro entorno, especialmente en el norte y centro de Europa. En España, aunque culturalmente no son tan aceptadas y muchas veces se ven como “algo inferior” a otros tipos de vivienda, son también una alternativa con claras ventajas, desde su precio inferior, la rapidez en la que se instala y se puede vivir en la vivienda o ser más ecológicas y energéticamente eficientes.

Elegir una casa modular es también enfrentarse a una serie de trabas cuyo conocimiento es clave a la hora de elegir este tipo de viviendas y si se decide por ellas, hacer frente a los problemas.

Tener un terreno en el campo y elegirlo para nuestra casa modular puede parecer sencillo, pero no lo es tanto. Un terreno rústico, ideal para este tipo de viviendas es mucho más accesible económicamente a priori pero son las más complicadas de conseguir licencia por parte de los ayuntamientos y tienen otros costes importantes como es hacer llegar la electricidad, agua o alcantarillado.

Por todo ello es importante que a la hora de realizar la inversión del terreno, que muchas veces es el desembolso más importante, se tengan en cuenta todos los gastos de instalación y se añada un porcentaje para imprevistos.

Ya lo hemos adelantado, conseguir licencias es uno de los grandes problemas de este tipo de vivienda. No solo hablamos de que el terreno sea urbanizable y permita este tipo de construcción, hablamos de las obras y acceso a servicios y que tu vivienda sea permitida.

Es cierto que el mercado de casas modulares crece y que incluso las que se pueden comprar en países de nuestro entorno cumplen los estándares de la UE, pero las normativas de los ayuntamientos pueden marcar otros requisitos a cumplir.

Aunque dependerá mucho de los materiales y calidades de la casa elegida (es muy distinto, por ejemplo, madera que hormigón) pero siempre tendrás una vivienda individual, sin gastos compartidos y que sufre más las inclemencias del tiempo que otro tipo de casas.

Por todo ello, hay que tener muy en cuenta la climatología de la zona donde se ubican las viviendas. Es muy distinto el mantenimiento en la cornisa cantábrica, por ejemplo, con muchas lluvias y que la madera necesitaría más cuidados que, por ejemplo, en el Mediterráneo.

La última traba y muy importante es la financiación. Elegir una vivienda modular nos lleva a que la financiación sea por hipoteca autopromotor, nosotros somos los constructores, lo que limita la oferta.

No solo eso, muchas veces compramos primero el terreno y luego la vivienda. Separar las operaciones dificulta la financiación, especialmente si has pedido una hipoteca solo por el solar y luego buscas nueva financiación. Para solventarlo es importante que se plantee la operación en su totalidad, aunque tenga distintas fases de desembolso y que se puedan utilizar figuras como el préstamo puente.